A menos de una hora de Madrid, a los pies de la Sierra de Guadarrama, se encuentra una auténtica joya arquitectónica del Medievo: uno de los castillos más bonitos de España. Se trata del Castillo de Manzanares el Real, construido en la época de los Reyes Católicos.
Esta espectacular fortaleza fue construida por una de las familias más influyentes y poderosas de su tiempo. De hecho, en el proyecto llegó a participar uno de los arquitectos más importantes del momento: Juan Guas, quien incluso construyó numerosos monumentos para los mismísimos reyes.
El Castillo de Manzanares el Real os sorprenderá muy gratamente, no sólo por lo espectacular que es este monumento, sino también por su historia y por lo bien acondicionado que está para su visita. ¿Queréis saber un poco más sobre este rincón imprescindible de Madrid? Seguid leyendo…
Este palacio-fortaleza se construyó en el siglo XV, en plena Edad Media y coincidiendo con la época de los Reyes Católicos. Sucedió bajo las órdenes del I Duque del Infantado, Diego Hurtado de Mendoza, hijo del Marqués de Santillana, un hombre muy importante no sólo socialmente, sino también de la literatura de su época.
En esta zona ya había un castillo, pero el Duque decidió construir uno nuevo, aprovechando los materiales. Diego Hurtado de Mendoza no pudo ver el castillo terminado, pero su hijo, Íñigo López de Mendoza, continuó con el proyecto. En esta época, se unió Juan Guas, importante arquitecto del gótico tardío en Castilla.
En este castillo se unen características arquitectónicas de dos épocas diferentes: la medieval, con elementos defensivos como en antemuro, y la renacentista, como los miradores, la decoración de las fachadas o los grandes salones.
Curiosamente, los Mendoza habitaron en este castillo menos de un siglo. Diego vivió en él sus últimos años, hasta que murió en 1497. Tiempo después, Íñigo trasladó la sede principal de los Mendoza a Guadalajara, donde se encontraban las raíces de la familia. Allí se construyó el impresionante Palacio del Infantado, proyecto para el que también contó con Juan Guas.
Hacia 1530, el Castillo de Manzanares el Real fue abandonado definitivamente y sólo lo visitaban ocasionalmente. Con el tiempo y ante la falta de cuidados, fue deteriorándose. En el siglo XX, era una fortaleza en ruinas y muchos de sus muros estaban parcialmente derruidos.
A principios del siglo XX, el nuevo Duque del Infantado ordenó la reconstrucción de la zona más externa del castillo. Para ello, contrató al arquitecto Lampérez y Romea. Seguramente, el principal objetivo fue el de recuperar su imponente aspecto externo, pues en esa época había un gran interés por el paisajismo. Sin embargo, la zona interna de la fortaleza siguió en ruinas y era totalmente inaccesible.
La Diputación de Madrid encargó una segunda restauración de la fortaleza en los años 70. El arquitecto González Varcárcel tomó las riendas de este proyecto. Se reconstruyó toda la zona interior con el objetivo de hacer del castillo un lugar accesible.
Como curiosidad, la belleza de esta fortaleza semiderruida no pasó inadvertida para los ojos de grandes productores de Hollywood. Por eso, sirvió de localización para varias películas, incluidas El Cid, mítica película protagonizada por Charlton Heston en 1961, y El regreso de los mosqueteros, ya en 1989.
Lo cierto es que la zona de Manzanares el Real ha sido escenario de innumerables películas, incluidas El bueno, el feo y el malo (1966), Django (1966) o La caída del Imperio romano (1964).
Esta majestuosa fortaleza se encuentra en un lugar privilegiado: a los pies de las montañas rocosas de La Pedriza (en la Sierra de Guadarrama) y junto al embalse de Santillana.
La visita al castillo es muy interesante. A lo largo de sus pasillos y salas, encontraremos un montón de imágenes, textos explicativos, mapas, vídeos, gráficos, etc. para descubrir los detalles más interesantes del castillo y sus habitantes. Una auténtica delicia para cualquier curioso.
El atractivo de esta fortaleza no sólo reside en su espectacular arquitectura. Contemplar toda la documentación que te ofrecen durante tu visita, pudiendo ver incluso el antes y el después de sus reconstrucciones.
Durante el recorrido, podréis visitar casi todas sus estancias, desde las preciosas galerías de Juan Guas, hasta las torres, las salas y el patio. Donde no se puede acceder es a la capilla, pues es la única zona que no se restauró y sigue en estado ruinoso. Sin embargo, sí podréis verla desde fuera, cuando subáis a la zona las torres.
Otra zona habilitada son los jardines, pero, según mi opinión, es la parte menos interesante de la visita.
Planifica tu visita al castillo a primera hora de la mañana, para evitar coincidir con demasiada gente. Especialmente en esta época, debido a las medidas contra el Coronavirus, a veces se producen «atascos» para poder pasar a las siguientes salas.
Sitios de interés cercanos: Si quieres aprovechar el viaje hasta Manzanares el Real, también puedes hacer senderismo por La Pedriza, acercarte al embalse de Santillana, o visitar la Ermita de Peña Sacra (con unas vistas increíbles de La Pedriza), el Puente de la Cañada Real Segoviana, la Fuente de las Ermitas o la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves (construida en el siglo XV, al igual que el castillo).
El castillo se encuentra muy integrado con el pueblo de Manzanares el Real. Por eso, si queréis comer por la zona, en las Plazas del Pueblo y de Adolfo Suárez encontraréis varios restaurantes con diferentes tipos de comida. Ambas plazas se encuentran a escasos pasos del monumento.
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