La terrible gran localización final de la película es el Campo de Concentración de Majdanek. Aquí se suceden una serie de sobrecogedoras escenas, con los protagonistas pasando por diferentes puntos del , incluida una cámara de gas, unos hornos, un inmenso montículo de cenizas y un almacén lleno de zapatos de las personas muertas entre los muros del campo de concentración.

Parece ser que, en un primer momento, la idea de rodar una película en un sitio como éste no recibió la aprobación de mucha gente. Sin embargo, la sensibilidad y el claro sentido de homenaje a las víctimas del guión, consiguieron los permisos necesarios. 

Jessie Eisenberg (actor, guionista y director de la película) comentó que «Estas escenas tienen lugar en Majdanek, un campo de concentración que ninguna película sobre el Holocausto ha mostrado porque nadie lo conoce. Pero mi película tiene lugar aquí porque mi familia proviene de aquí», recuerda el actor judío, pues sus orígenes familiares se remontan a Polonia y, de hecho, aún tiene primos segundos viviendo allí.

«Todas las tareas del rodaje – iluminación, posicionamiento de cámaras y material, etc. – se hicieron con total reverencia y respeto por lo que estábamos haciendo», continúa Eisenberg. «Durante el rodaje aquí, todo el mundo estaba tan callado…», recuerda Kieran Culkin.